jueves, 16 de diciembre de 2010

La minusvalía la tenemos nosotros mismos.


Cuando vemos en la calle a alguna persona con minusvalía ,siempre queremos ayudarlos, cuando a veces no sabemos que son lo suficientemente independientes como para manejarse solos.

Hoy iba en un autobús en Sevilla, y una persona en silla de ruedas iba a subirse, habilitaron la rampa, pero al ella subirse, la rampa no quería cerrarse, por lo que debimos entrar en otro coche. Me sentí un poco molesta por la perdida de tiempo, pero al verla, recordé lo que significa ser minusválido en mi país.

Eso significa no tener las aceras buenas, ni autobuses con rampas, ni los baños habilitados, sólo por decir algunas cosas. Aquí los ciegos pueden caminar sin temor en las calles, no se caerán en ningún agujero, también los semáforos los pueden ver mediante el sistema Braille, los sordos pueden escuchar mediante aparatos. Ojalá en mi país, los minusválidos puedan gozar de estos mismos privilegios y hacer una vida normal.

2 comentarios:

Felivia dijo...

No sólo en las calles los minusválidos encuentran trabas en RD para poder trasladarse, también están las barreras arquitectónicas. Se construyen edificios sin pensar en ellos. Y la falta de respeto que muchos le manifiestan es triste.
De España siempre me gustó la independencia que adquieren esas personas y el apoyo que reciben para que estén integrados en la sociedad y echen hacia adelante.

Me here dijo...

Sería bueno por comenzar dejando de hablar de Minusvalía.
Si lo revisan se relaciona con la antigua praxis-discurso social de que aquellas personas que venían con "fallas de fábrica" o quedaban "lisiadas" valían menos que el resto, de ahí minus-valía.
Si somos todos iguales en derecho y deberes, entonces porqué seguir refiriéndonos y mantener vigente y lenguaje que habló tan mal de nuestra humanidad?

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